¿Crisis
de los cuarenta?: Cómo reconocer que ha llegado el momento del cambio
Tomar
decisiones puede convertirse en una fuente importante de infelicidad. Un estado
de indecisión prolongado conduce en muchas ocasiones a situaciones muy
destructivas, que pueden provocar muchos daños psicológicos. Esa decisión puede
ser un cambio de trabajo, de estilo de vida, de amistades, una ruptura de
pareja, tener hijos, etc. Acciones que pueden tener grandes repercusiones en nuestra
vida y en la de las personas que queremos.
Una
de mis funciones como psicóloga, es ayudar al cliente a recorrer el camino
necesario para emprender el cambio, facilitándole que se escuche a sí mismo/a y
a que se haga las preguntas apropiadas para ello.
Una
buena parte de los consumidores de antidepresivos, ansiolíticos y somníferos
son personas que se encuentran perdidas en el laberinto de la postergación y no
saben cómo salir o tienen miedo de hacerlo. Cuando vamos en contra de nuestros
valores más importantes y reprimimos la emoción (energía) que nos impulsa al
cambio, aparecen los síntomas. En cada persona se manifiestan de una manera
pero con frecuencia tienen forma de abatimiento, desesperanza, apatía, ansiedad,
tristeza continuada, pocas ganas de vivir, incapacidad para ilusionarse,
frustración y rabia, enfermedades psicosomáticas, etc. Todos estos síntomas
psicológicos y físicos son una señal de alerta que trata de dar un mensaje:
“haz algo”. Las emociones constituyen una poderosa guía para saber si vamos por
nuestro camino o nos hemos perdido. Si desde hace tiempo te sientes infeliz,
frustrado, ansioso o deprimido… es que hay algo que hay que cambiar.
Hay
un proverbio turco que dice: “No importa lo lejos
que hayas llegado por el camino equivocado, da la vuelta”.
Una
parte es reconocer la necesidad del cambio y otra igual de importante es
hacerse responsable del mismo. Lee estas situaciones y piensa si te identificas
con ellas:
· Te
quejas a menudo de la gente que tienes cerca y de sus actuaciones
· Con
frecuencia sientes rabia porque los demás no actúan como tú crees que deberían
hacerlo.
· Sientes
que para ser feliz los demás tienen que cambiar
· Estas
sentado esperando a que llegue un mejor momento
· Tienes
pensamiento reiterativos del tipo “Ya podría pasar …””No se decidirá nunca
a…””A ver si…”
Si es
así es que no te estás haciendo responsable del cambio, de momento. Dejar que
las cosas sucedan, esperar sin hacer nada o esperar a que otros decidan suele
multiplicar los estados psicológicos de apatía, frustración, desmotivación… es
la “pescadilla que se muerde la cola”.
Como
psicóloga te recomiendo un ejercicio: durante una semana fíjate y apunta
cuantas cosas esperas que hagan los demás por ti y qué emoción te produce si no
sucede; y al revés, cuantas cosas que no van con tus principios te exigen a ti
y te sientes obligado a hacer para no causar enfado en el otro. Poco a poco
intenta responsabilizarte de tus deseos y devuélveles a los demás la
responsabilidad de los suyos. Caminarás mucho más ligero si eres capaz de
hacerlo, y te sentirás mucho más libre.
Una
vez que tomas conciencia de que hay algo que cambiar y te responsabilizas de
que ese cambio ocurra hay que saber qué se quiere cambiar, cómo hacerlo y coger
fuerzas para ello. Para eso con frecuencia hay que trabajar primero la
autoestima, romper las creencias limitantes que detienen el cambio, clarificar
valores, ponerse objetivos y trazar un plan para conseguirlos. Puede que todo
esto consigas hacerlo sin ayuda o que necesites la ayuda de un psicólogo para
ello, en el caso de que así sea llámanos.
Alicia
Martínez Peral
Gabinete
de Psicología y Salud Cuántica
Teléfono:
942 049 112
c/Vargas
55ª 3ºB. Santander